México cuenta con 138 millones de hectáreas de bosque, de las cuales el 47.7 % (65.7 millones de ha) corresponde a la superficie de bosques templados, bosques tropicales caducifolios, perennes y manglares, todos con una alta biodiversidad, y concentran a la mayoría de las especies maderables; el 40.8% (56.3 millones de ha) corresponde a la superficie cubierta por vegetación de zonas áridas y semiáridas, que destacan por su alto número de endemismos; por último, el 11.5% (15.8 millones de ha) incluye la superficie cubierta por otras áreas forestales como vegetación secundaria, pastizales, vegetación de dunas, entre otras (CONAFOR, 2018 ). Los recursos forestales incluidos en esta amplia gama de tipos de vegetación son de gran importancia para el país, ya que no solo representan invaluables servicios ambientales, sino que dan sustento directo a millones de personas y constituyen un medio de desarrollo económico (FAO, 2018).
México se encuentra en la undécima posición de los países con mayor cobertura forestal a nivel mundial (FAO, 2015). Cuenta con 137.8 millones de hectáreas cubiertas por algún tipo de vegetación
forestal (INEGI, 2014
Existen interacciones complejas entre poblaciones y recursos forestales. Muchos de estos recursos poseen importantes valores culturales tales como el cacao o el maguey, algunos han sido utilizados de forma tradicional, otros son de nuevo uso y suceden entre diferentes sectores de las poblaciones rurales y urbanas (Stockdale & López, 2019). En el manejo forestal de las comunidades cercanas al bosque, se combina la extracción de recursos maderables y no maderables; estos pueden representar alrededor del 20% de los ingresos de los hogares rurales en los países en desarrollo, ya sea satisfaciendo las necesidades de subsistencia o a través de ingresos monetarios (FAO, 2018). Resulta importante asegurar la existencia y uso racional de los recursos forestales, tanto para las poblaciones que no dependen directamente de la madera como para las comunidades con productos maderables de valor comercial. Los recursos forestales no maderables son la fuente de materias primas (látex, caucho, fibras, semillas, frutas, hojas, miel)
En México, de acuerdo con registros de la SEMARNAT, en el 2017 estimó que el consumo nacional aparente de madera fue de 27.4 millones de m3 rollo, de los cuales, 9 millones de m3 rollo (32.8%) fueron obtenidos de bosques y plantaciones forestales, el resto provino de la importación y del aprovechamiento ilegal. Así, se puede ver que el volumen maderable producido en México, representa una tercera parte de lo que consume el mercado e industria de la madera (CONAFOR, 2019), mientras que para cubrir la demanda nacional se abastece con cerca del 50 % de la importación, que procede de países sudamericanos, principalmente Brasil, Bolivia, Chile, Colombia y Perú, pero también de EUA y Canadá (Silva et al., 2010).